Este bebé gorila, Presidente electo de Chile, es la nueva versión del fascismo latinoamericano. Las elecciones burguesas son así: ayer llevaron a la presidencia de Chile al inmortal Salvador Allende, llenando de gloria a la segunda patria de don Andrés Bello, y ahora a este primate de la ultraderecha para deshonrar la trayectoria histórica americanista del pueblo chileno.
Con el cercano ascenso del adinerado chileno al gobierno de su país se completa el cuadro de la ofensiva de las clases dominantes y antinacionales contra los pueblos de nuestra América que luchan por su emancipación. La carta chilena del imperialismo está jugada con este seguidor de Pinochet para encabezar la ofensiva diplomática de la oligarquía latinoamericana contra Cuba y Venezuela. Todo parece indicar por lo temerario del presidente electo de Chile que este vasallo del imperio va por el liderazgo político del capitalismo en la América del Sur.
No le costará mucho, al que está por llegar al ejercicio presidencial, ganar terreno a sus colegas de Colombia, Perú, Panamá, Honduras, México y Costa Rica para convertirse en el preferido de Washington en la lucha ideológica del liberalismo económico contra las relaciones de producción socialistas. El gobierno de Colombia está empantanado en el paramilitarismo, la droga y las bases militares; el gobierno del país natal de Mariátegui, se desenvuelve en una dialéctica histórica donde la derecha tiene un porvenir muy vulnerable; los gobiernos de Costa Rica, Panamá y Honduras llevan sobre sus hombros la sepultura del régimen constitucional presidido por Zelaya y el gobierno de México tiene sus propios problemas de droga, migratorio, de crisis capitalista y fraude electoral. Aparece en el panorama internacional un rico empresario también con credenciales, que piensa según los intereses del capital que posee y tiene una larga cola de rabipelado con el gobierno de Pinochet. Buen curriculum el de este espécimen para competir con los otros lacayos del imperio.
Este señor Sebastián Piñera se promociona como el futuro Presidente Latinoamericano que “pondrá énfasis en la defensa de las libertades individuales en Latinoamérica , especialmente en Cuba” y a ese propósito “hará todo lo mejor para que la Carta y el mandato de la OEA, de defender la democracia y los derechos humanos sea más eficaz”. Por ahí van los tiros. Un papel parecido contra Cuba le encomendó el imperialismo a Rómulo Betancourt cuando ejerció la presidencia de Venezuela y la historia se encargó de colocarlo en el sitial reservado para las marionetas del Pentágono. A este Piñate la historia no le deparará un destino mejor.
Primero hay que decirle al bebé gorila que no tiene la estatura política ni la ética para salir a cuestionar a la Revolución Cubana. No es contendor ese homónimo del paquete chileno para venir a criticar la obra universal de Fidel y del pueblo cubano. La cultura política de la sociedad cubana es el logro educativo mayor de la revolución, así que cualquier hombre y mujer cubana podría rebatirle a ese gorilita los perversos conceptos capitalistas de libertad, democracia y derechos humanos que promete defender a capa y espada en el ruedo internacional.
Nos quieren presentar el modelo chileno como la panacea del neoliberalismo para contraponerlo a la antorcha universal del socialismo que es la revolución cubana. Aunque la Chile de Pinochet, representada por la ultraderecha ganadora de los comicios, ha contado incondicionalmente con el apoyo económico del capital norteamericano y la Cuba de Fidel por el contrario ha soportado dignamente el criminal bloqueo, condenado por casi todos los países del mundo, no es posible sobreponer la desarrollada gestión neoliberal de los gobiernos de la derecha chilena al cambio histórico sucedido en Cuba. La administración de las clases dominantes en Chile no representa ningún atractivo para las masas empobrecidas de nuestra América a diferencia de la esperanza concretada, con hechos cumplidos, por la Revolución Cubana en materia de libertades, democracia y derechos humanos.
La libertad que defiende la derecha chilena es la libertad del capital o sea la esencia del liberalismo económico pero la libertad del ser humano está en segundo plano lo cual se puede ilustrar con la dictadura de Pinochet que la oligarquía engendró y aupó. La democracia que tanto cacarea el señor Piñate para ir a defenderla en la OEA es la desgastada democracia burguesa representativa. El sistema democrático que fundó el Pacto de Punto Fijo en Venezuela. La democracia de Betancourt, Haya de la Torre, Muñoz Marín y Pepe Figuéres. Contra esa democracia antinacional, y sin justicia social se levantan los pueblos en el continente. De los derechos humanos no deberían hablar los que todavía justifican los crímenes de lesa humanidad cometidos por el asesino Pinochet respaldado por la ultraderecha. Son los mismos que defienden el capitalismo y el imperialismo como sistema el cual no es viable para la sobrevivencia humana en el planeta y que en la actualidad es el causante del hambre y la miseria en el mundo, de las guerras, de la destrucción de la cultura y de la pérdida de identidad de los pueblos.
Libertad, verdadera democracia y defensa de los derechos humanos es lo que hay en Cuba por más que la oligarquía y el imperialismo se empeñen en negarlo pero no lo han logrado en cincuenta años y no lo hará jamás.
Sergio Briceño García
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