jueves, 29 de julio de 2010

CHÁVEZ Y LAS FARC

CHÁVEZ Y LAS FARC
Sergio Briceño García*
Las relaciones entre la guerrilla venezolana de los 60 y las FARC nunca fueron fluidas, transparentes ni conocidas, a diferencia de la fraternidad y claridad existentes, en su momento, con Cuba, China y la URSS o posteriormente la solidaridad mutua con los movimientos insurgentes de Centroamérica y en general con los países que, en el mundo, aceptaban nuestra posición revolucionaria de la lucha armada. En aquel marco histórico de relaciones internacionales diversas del movimiento subversivo venezolano con la izquierda mundial, era por lo menos curioso el mute, el tabú y la indiferencia con la guerrilla colombiana. En aquellos años los revolucionarios venezolanos ignoraban a las FARC y viceversa. Existían, sin duda, diferencias tácticas, estratégicas y metodológicas entre los conductores de la lucha armada revolucionaria de ambos países.
Chávez ha sido muy categórico en defender el camino pacífico para llegar al poder en contraste con la vía armada experimentada sin éxito, después de la victoria de la Revolución Cubana, por los movimientos revolucionarios de América Latina y el Caribe. El mismo Chávez encabezó el 4 de febrero del 92 una rebelión militar que no pudo alcanzar sus objetivos trazados. Son tres experiencias históricas las que sirven de fundamentación a Chávez para creer en el camino pacífico de la revolución: a) los resultados adversos de la insurgencia armada venezolana en la década del 60, b) su propia experiencia del 4 de febrero y c) sus logros positivos alcanzados consecutivamente por la vía electoral desde el año 98.
No hay ninguna posibilidad de remotas simpatías con las FARC subyacentes en el pensamiento de Chávez procedentes de su cercanía, en la década del setenta, con el movimiento subversivo venezolano el cual siempre estuvo desvinculado, separado e independiente de sus homólogos colombianos. No encaja la premisa que permita sostener el supuesto negado de complicidad escondida de Chávez con los métodos de lucha de las FARC. La posición de Chávez frente al camino de la lucha armada es clara y transparente. Esto lo sabe muy bien la FARC, Uribe y la CIA por lo tanto los golpes de pecho no eran ni son necesarios. No hay nadie quien crea en esa falacia, salvo lo que el enemigo imperialista pueda sumar en la guerra desplegada de cuarta generación para llenar las vasijas vacías del pensamiento derechista
Tampoco por el lado de la academia militar presente en la condición profesional de Chávez cabe considerar tremenda patraña. Es bien conocido, que en la formación militar de los oficiales de nuestras fuerzas armadas históricamente siempre se planteó el escenario de la defensa de nuestra soberanía en una hipótesis de conflicto con el adversario de las fuerzas armadas del vecino país sin ignorar a las FARC, pero nunca como aliadas sino como una variable de la guerra a tomar en cuenta desde el punto de vista militar. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que este sentimiento militar ha estado siempre presente en nuestra oficialidad tanto en los períodos de los gobiernos pro - norteamericanos como en el presente antiimperialista
Habría que preguntarse cuál es la motivación del gobierno lacayo de Colombia para sostener la acusación falseada del apoyo a las FARC por Chávez. Podría ser la excusa que necesita el imperio para ejecutar sus planes de dominación militar en América Latina mediante la invasión anunciada. Pero también podría ser simplemente para crear, como en efecto lo ha logrado ya, un clima enrarecido, desestabilizador, de temor a una crisis nacional e internacional ante una inminente agresión armada desde territorio colombiano contra el territorio venezolano y las consecuencias terribles de una guerra. Esta circunstancia se agrava con la presencia en Venezuela de más de cuatro millones de colombianos quienes mayoritariamente han expresado su respaldo electoral a Uribe y al presidente electo colombiano.
Hay que enfrentar con firmeza cualquiera de las dos hipótesis de conflicto sea de tercera o de cuarta generación. Los tiros pueden comenzar en cualquier momento pero la ofensiva mediática imperialista ya se inició con la punta de lanza del gobierno colombiano contra Venezuela. Uribe no tiene un pelo de tonto (recuerden a los ahorristas del Banco Federal) y ha creado el clima enrarecido con vientos de guerra que le conviene a la oposición para facilitar una cabeza de playa del imperialismo el 26 de septiembre. Pero al presidente Colombiano le puede salir el tiro por la culata porque Chávez no es un niño de pecho para dejarse engañar por el heredero de Santander.
El enemigo a vencer el 26 de septiembre además de a nuestra oposición ramplona, bobalicona y apátrida es a los factores de poder de la derecha internacional. Nos encontraremos otra vez por la madrugada en el Balcón del Pueblo con nuevos gritos del pueblo diciendo: ¡CHAVEZ CAMPEÓN TE COMISTE AL TIBURÓN!
sergiobricenog@yahoo.com
padreamalivaca.blogspot.com
*Profesor

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